Hasta la rubia Renee Zellwegger se ha alejado años luz del aspecto que la hizo famosa: el de la ingenua y desdichada Bridget Jones, arrinconada entre dos amores imposibles, y su combate contra los kilos. Visto su rostro enflaquecido y su cuerpo sin un gramo de grasa, lo que ahora parece sobrarle a Zellwegger es el botox, como dicen las malas lenguas de Hollywood.